La Legión de María





La Parroquia Santiago Apóstol de la Punta de Mérida, cuenta con dos Praesidia. Un praesidium “Presentación de la Virgen al Templo”, que se reúne los miércoles a las 3.00 pm en el templo parroquial y el praesídium “Nuestra Señora de la Candelaria” que se reúne los jueves a las 3.00 pm en la Capilla de Zumba. Ambos praesidia están adscritos a la curia “Trono de la Sabiduría” que funciona en la parroquia San Miguel Arcángel del Llano.

El Espíritu Santo es el alma y la fuente de la Legión de María y María es la Madre y Reina de La Legión; queremos darnos enteramente a Ella y, sin embargo, la Legión coloca por encima de Ella al Espíritu Santo. Al iniciar la reunión, antes de comenzar el Santo Rosario, se invoca al Espíritu Santo. Y algo más maravilloso todavía, los legionarios somos los soldados de María y la consideramos nuestro caudillo.

La Legión quiere, ante todo, la santificación de todos sus miembros y el Espíritu Santo es la fuente de toda gracia y santidad. La Legión consagra sus miembros al apostolado y es el Espíritu Santo quien guía a los apóstoles en sus tareas; en los comienzo de la Iglesia, los apóstoles obraban siempre bajo su dirección: “Recibirán el poder del Espíritu Santo que vendrá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines del mundo” (Hch 1.8).

La Legión de María es una gran empresa apostólica; ella quiere ser los “Hechos de los Apóstoles” de los tiempos actuales; ella quiere realizar el plan de Dios; ella se lanza a los trabajos audaces; ella tiene necesidad de la fuerza y de la luz de Dios. El que quiere vivir de Cristo tiene que abrirse al Espíritu; el que recibe el Espíritu, se une a Cristo. Es el mismo Espíritu el que anima a Cristo y el que nos anima también a nosotros.


Hacer llegar la vida de Cristo a todas las personas es la obra de la Iglesia, a la que el Espíritu Santo es el alma. La Legión de María es obra de la Iglesia; ella trabaja a fin de que cada persona, incluso la que parece estar más perdida, participe de la redención de Cristo y renazca como hijo de Dios. Así se entrega la Legión de María al Espíritu Santo con el fin de regenerarlos con Él, en Cristo Jesús.